Arsénico (As)
El arsénico es un elemento que se encuentra naturalmente en la corteza terrestre y proviene de erupciones volcánicas y de la erosión de depósitos minerales. Durante años este elemento se ha utilizado en diferentes procesos industriales que emplean arsénico en su forma inorgánica, mucho más tóxica que su forma orgánica. Estos procesos han dispersado el arsénico inorgánico por aire, agua y suelo. En el agua superficial, como ríos, lagos y lagunas, el arsénico suele encontrarse en concentraciones que no rebasan los 2 µg/l, es decir, dos millonésimas partes de un gramo de arsénico por cada litro de agua. En cambio, en el agua subterránea se han encontrado niveles de arsénico inorgánico hasta 25 veces mayor.
El arsénico inorgánico también puede estar presente en algunos alimentos debido a la contaminación del agua subterránea que se utiliza para el riego de los cultivos. Otros alimentos que podrían estar contaminados con arsénico son: peces, mariscos, carne roja, aves de corral y productos lácteos.
En el cuerpo humano el arsénico se metaboliza y, en bajas concentraciones, puede eliminarse a través de la orina. Sin embargo, se han presentado casos de intoxicación por altas concentraciones de arsénico en personas que bebieron agua de algún pozo contaminado. Cuando una persona sufre una intoxicación aguda por arsénico sus síntomas inmediatos son: vómito, dolor abdominal y diarrea, posteriormente manos y pies entumecidos, hormigueo o calambres y, en casos extremos, puede causar la muerte o cáncer de piel, vejiga o pulmón.
En México, algunas comunidades se han visto afectadas por la ingesta de arsénico en el agua que beben, sobre todo poblaciones que se encuentran en zonas áridas y semiáridas, en donde su única fuente de agua disponible es la subterránea. Se estima que en nuestro país cerca de dos millones de personas están expuestas a aguas contaminadas con arsénico en concentraciones significativamente mayores que el límite máximo permisible que establecen la NOM–127–SSA1–1994 (0.05 mg/l) y la PROY–NOM–127–SSA1–2017 (0.025 mg/l). La máxima concentración de arsénico que se ha llegado a registrar en algunos pozos profundos de México es 40 veces mayor al límite marcado por las normas.
Existen varios métodos para eliminar el arsénico del agua, sin embargo en México se dificulta su aplicación tanto por el costo como por la dureza del agua que contiene altas concentraciones de minerales. Por lo pronto, una buena manera de prevenir o disminuir la exposición al arsénico en el agua para consumo humano sería reemplazando las fuentes de abastecimiento de agua subterránea por fuentes de abastecimiento de agua superficial debidamente tratada o por agua de lluvia. Este método permitiría utilizar el agua con bajos niveles de arsénico para beber, cocinar y regar, y utilizar el agua con mayores concentraciones para bañarse y lavar la ropa.
Resulta fundamental que los miembros de las comunidades más afectadas comprendan los riesgos a la salud asociados con la exposición a altos niveles de arsénico presentes en el agua subterránea. Es así como cobra relevancia la intervención educativa y la participación comunitaria en las medidas preventivas y de control que allí se implementen.